Monday, February 06, 2006

Bonnard, esplendor de la gran pintura retiniana


Tras dos años de reformas, el Museo de Arte Moderno de París (MAMP) reabre sus puertas con una majestuosa retrospectiva consagrada a Pierre Bonnard (1867 – 1947), de una belleza absoluta, concebida como revisión en profundidad de la obra de un gran maestro de la “pintura retiniana”, indiferente a los gigantescos cataclismos vanguardistas de su época.

La retrospectiva del MAMP prolonga la revisión iniciada hace años por las grandes exposiciones del MoMa (1998) y la Fundación Gianadda (1999). La lenta agonía del antiguo “canón” vanguardista relegó temporalmente el puesto significativo de Bonnard en la historia del arte. A partir de los años setenta del siglo pasado, cuando comenzaron a agrietarse las antiguas convicciones, se renovó profundamente le interés por la obra de Bonnard, con nuevas exposiciones y nuevos estudios, entre los que destaca, quizá, el del profesor español Ángel Gonzalez García, publicado con motivo de la gran retrospectiva de la Fundación Juan March.

Directora del MAMP, Suzanne Pagé ha deseado privilegiar el Bonnard “precursor” del arte que él “anunciaba”, entre tantos otros: la abstracción lírica, que tantísimos precursores tiene, comenzando por Turner. Y, desde esa óptica, ha conseguido presentar numerosas obras propiedad de museos rusos y japoneses.

El resultado de ese diálogo es una exposición deslumbrante. El Bonnard más conocido, el de los desnudos, el de los interiores y paisajes post impresionistas, alterna con un muy otro Bonnard, oscuro, inquietante, por momentos, mucho más allá del puesto tradicional que el pintor recibe en los manuales de historia de la pintura al uso y costumbre. Sin duda, la exposición hubiese ganado, subrayando los paralelismos evidentes con las grandes corrientes figurativas europeas y americanas de su época, los Ibéricos castellanos, los “noucentistas” catalanes, los Valore Plastici italianos, la Neuesacklickeit alemana, los realismos anglosajones, etc. Bonnard tiene un puesto propio entre los grandes maestros de las tradiciones figurativas, como Balthus, Morandi, Gaya, Hopper, etc., cuyas obras, tan distintas, tuvieron en común una cierta tarea de “resistencia”, que cada cual asumió según su propio estilo.

Con esta gran exposición de su reapertura, el MAMP confirma una de las vocaciones más estimulantes de su directora, Suzanne Pagé: rescatar, revisar y proponer “nuevas lecturas” de maestros mal conocidos, mal “encajados” en las historias del arte convencionales. Se trata de una tarea fundamental, que viene a confirmar la gran revisión en curso de los cánones vanguardistas tradicionales, reabriendo páginas mal estudiadas de la historia del arte del siglo XX.

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